Mancuso fue uno de los líderes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), un grupo paramilitar que estuvo involucrado en el conflicto armado del país durante más de dos décadas. En 2006, Mancuso se desmovilizó de las AUC y se entregó a las autoridades. Fue condenado a 14 años de prisión por los delitos de concierto para delinquir, homicidio, tortura y desplazamiento forzado.
Petro ha defendido su decisión de nombrar a Mancuso como gestor de paz, argumentando que él tiene el conocimiento y la experiencia para ayudar a terminar el conflicto armado. También ha dicho que Mancuso está arrepentido de sus crímenes y que está comprometido con la paz.
La decisión de Petro ha sido criticada por algunos sectores, que consideran que Mancuso es un criminal de guerra que no debería estar involucrado en el proceso de paz. También han argumentado que la decisión de Petro es un mensaje a los paramilitares de que pueden salir impunes de sus crímenes.
El proceso de paz en Colombia es un proceso complejo que ha enfrentado muchos obstáculos. La decisión de Petro de nombrar a Mancuso como gestor de paz es un riesgo, pero también podría ser una oportunidad para terminar el conflicto armado y construir la paz en Colombia.
