El fallecimiento del científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo a los 78 años representa una pérdida significativa para el mundo de la ciencia. Reconocido como uno de los pioneros en la investigación inmunológica en Colombia, su trabajo y dedicación marcaron un antes y un después en la búsqueda de soluciones médicas para enfermedades desatendidas.
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Nacido en Ataco, Tolima, en 1946, Patarroyo estudió Medicina y Cirugía en la Universidad Nacional de Colombia. Posteriormente, continuó su formación en inmunología y virología en los Estados Unidos, consolidando una carrera que lo llevaría a liderar el Instituto de Inmunología del Hospital San Juan de Dios en Bogotá. Este instituto se convirtió, bajo su liderazgo, en un semillero de investigadores que hoy ocupan posiciones clave en la ciencia a nivel global.
Una lucha constante contra la malaria
Uno de los logros más destacados de Manuel Elkin Patarroyo fue el desarrollo de la primera vacuna sintética experimental contra la malaria, la SPf66. Esta vacuna representó un hito en la historia de la medicina, ya que utilizó péptidos diseñados para estimular el sistema inmunológico contra el parásito Plasmodium falciparum, principal causante de esta enfermedad.
Aunque la SPf66 no alcanzó la eficacia necesaria para su implementación como herramienta de salud pública, su creación abrió las puertas a nuevas formas de abordar la lucha contra la malaria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoció inicialmente como un avance importante, aunque posteriormente fue retirada de los ensayos clínicos.
A pesar de las críticas y los obstáculos, Patarroyo nunca abandonó su búsqueda. Este compromiso inquebrantable con la ciencia, aunque controvertido en ocasiones, es un testimonio de su pasión por resolver problemas globales.
Un legado de formación y liderazgo
Más allá de sus investigaciones, uno de los mayores legados de Patarroyo fue su dedicación a la formación de nuevas generaciones de científicos. Desde su posición como docente en la Universidad Nacional y como director del Instituto de Inmunología, inspiró a jóvenes investigadores a perseguir sus sueños y a usar la ciencia como herramienta de transformación social.
Como recuerda Gabriela Delgado, decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional, Patarroyo siempre alentó a los estudiantes a quedarse en el país para contribuir al desarrollo de Colombia. «Nos inculcaba que solo íbamos a superar los problemas apostándole al conocimiento y a la ciencia», afirmó Delgado.
Reconocimientos nacionales e internacionales
Durante su carrera, Patarroyo recibió numerosos premios y distinciones, entre ellos el Premio Nacional de Ciencias de Colombia, el Premio del Estado de Sao Paulo y el galardón de la Academia de Ciencias del Tercer Mundo. Además, fue miembro de la Academia Nacional de Medicina de Colombia y profesor asociado en prestigiosas instituciones internacionales, como la Universidad Rockefeller de Nueva York y la Universidad de Estocolmo.
Estos reconocimientos reflejan la relevancia de su trabajo, no solo para Colombia sino también para el ámbito científico global.
Un adiós a un hombre que cambió la ciencia colombiana
Manuel Elkin Patarroyo deja un vacío en el mundo científico, pero también un ejemplo de perseverancia y dedicación. Su enfoque en el desarrollo de soluciones para enfermedades que afectan a las comunidades más vulnerables resalta la importancia de la ciencia como motor de cambio social.
El legado de Patarroyo no termina con su partida. Las generaciones de científicos que ayudó a formar y los caminos que abrió en la investigación biomédica continúan siendo una fuente de inspiración para quienes buscan mejorar la calidad de vida a través del conocimiento.
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