El pasado 13 de septiembre de 2024, un lamentable incidente sacudió las calles de Manizales, específicamente en la carrera 1 con calle 48, en el sector de San Sebastián. Un perro de raza pitbull, incitado por su dueño, atacó a un policía, lo que derivó en el uso de fuerza letal para controlar la situación. Este caso ha generado un debate profundo sobre la seguridad ciudadana, el manejo de animales considerados peligrosos y el uso de la fuerza por parte de las autoridades. A continuación, analizaremos los hechos y las implicaciones legales y sociales que este suceso ha dejado.
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Contexto del Caso
Todo comenzó cuando una ciudadana llamó a la policía para denunciar una situación de violencia intrafamiliar. Su hermano, de 39 años, se encontraba en un estado de alta exaltación, y temía por su integridad física. A su llegada, los agentes del CAI San Sebastián fueron recibidos por el hombre, quien los amenazó con un arma cortopunzante, un cuchillo. Además de la amenaza con el cuchillo, el ciudadano incitó a su perro, un pitbull que estaba sin bozal, a atacar a los uniformados.
La presencia del perro sin las medidas de seguridad adecuadas, especialmente en una situación tan tensa, contribuyó a que la situación se agravara rápidamente. El canino se abalanzó sobre uno de los policías, mordiéndolo repetidamente, lo que llevó a los agentes a tomar decisiones drásticas.
El Papel del Canino en el Incidente
El perro pitbull, al encontrarse sin bozal y habiendo sido incitado por su dueño, fue uno de los principales protagonistas de este suceso. Su ataque a los uniformados puso en peligro la vida del policía y también de la hermana del agresor, quien intentó separarlo durante el ataque y sufrió mordeduras en su pierna y tobillo derecho.
Este tipo de situaciones pone en relieve los riesgos asociados con tener perros de razas fuertes en situaciones de alta tensión, y más aún, sin las medidas de seguridad correspondientes. El canino, al estar fuera de control, representó un peligro inminente para los presentes, lo que obligó a los uniformados a actuar rápidamente.
El Uso de Armas en el Procedimiento
La intervención de los policías no fue inmediata con armas de fuego. De acuerdo con el comunicado oficial, los agentes agotaron todos los medios posibles para intentar controlar la situación sin recurrir a la fuerza letal. Sin embargo, cuando el pitbull se negó a soltar la mano del oficial herido y volvió a atacar, los uniformados se vieron obligados a usar sus armas. Esta acción fue respaldada legalmente por los artículos 166 y 167 de la Ley 1801 de 2016, que regulan el uso de la fuerza y el empleo de armas en situaciones de peligro extremo.
Lesiones a los Involucrados
El saldo inmediato del ataque fue preocupante. El policía que intentó inicialmente controlar al perro resultó con varias mordeduras en su mano, lo que le valió cinco días de incapacidad. Por su parte, la hermana del agresor también fue mordida cuando intentó intervenir para detener el ataque del perro hacia el uniformado.
La Resolución 02903 del 2017 y el Uso Justificado de la Fuerza
En Colombia, la Resolución 02903 de 2017 establece normas claras para el uso de la fuerza y de armas por parte de las autoridades. Este incidente se enmarca dentro de esas regulaciones, pues los policías, al verse sobrepasados por la agresión del canino y con la integridad física de un bebé de 14 meses también en riesgo, tomaron la decisión de disparar. Aunque se trató de una medida extrema, la justificación legal fue clara: proteger la vida de las personas involucradas.
Detención de Menores y Obstrucción a la Justicia
Durante el caos del incidente, dos menores de edad fueron aprehendidos por obstrucción a la función pública, según lo estipulado en el artículo 429 del Código de Infancia y Adolescencia. Aunque no se ha especificado con detalle qué acciones tomaron los menores, este hecho complica aún más el caso, ya que involucra no solo a adultos, sino también a jóvenes que estaban presentes durante el suceso.
Normativas de Seguridad en Colombia sobre Razas Potencialmente Peligrosas
Colombia cuenta con una legislación específica que regula el manejo de razas consideradas peligrosas, como los pitbulls. Estas normativas incluyen la obligatoriedad del uso de bozales en espacios públicos, así como la responsabilidad que recae sobre los dueños de estos animales para prevenir accidentes. En este caso, el incumplimiento de dichas normativas contribuyó directamente a la escalada de los hechos.
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