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sábado, octubre 4, 2025

Laboratorio de calidad de la ILC: ciencia y tradición en cada botella

Un sello de confianza que nace en el laboratorio

En la Industria Licorera de Caldas (ILC) la excelencia no es casualidad: se construye con ciencia, tecnología y un riguroso control en cada etapa del proceso. En su laboratorio de control de calidad se analizan desde las materias primas hasta los productos terminados, asegurando que cada botella de Ron Viejo de Caldas o Aguardiente Amarillo conserve intacta su esencia.

Tecnología y talento humano al servicio de la calidad

El laboratorio cuenta con equipos de última tecnología y un grupo de profesionales altamente capacitados que garantizan precisión en los análisis físico-químicos. A este componente técnico se suma un elemento diferenciador: un panel de 40 evaluadores sensoriales, debidamente entrenados y calibrados, que aportan una visión integral del producto.

Este valor agregado permite evaluar no solo parámetros químicos, sino también las características organolépticas —aroma, sabor, textura— que hacen únicos a los licores de Caldas.

Innovación y desarrollo con respaldo científico

El trabajo del laboratorio no se limita a verificar la calidad. También es un aliado clave en el área de investigación y desarrollo, participando en el análisis y evaluación sensorial de nuevas formulaciones. De esta manera, cada innovación que la ILC lleva al mercado nace con un respaldo científico que garantiza cumplir las expectativas del consumidor.

Seguridad, homogeneidad y confianza en el mercado

Cada lote producido pasa por pruebas exhaustivas que aseguran el cumplimiento de los estándares más altos. Esto garantiza tres aspectos fundamentales:

  • Seguridad: ningún producto representa un riesgo para la salud de los consumidores.
  • Homogeneidad: cada botella mantiene el mismo sabor, aroma y calidad, sin variaciones perceptibles entre un lote y otro.
  • Confianza: los clientes saben que el aguardiente y el ron de Caldas siempre serán fieles a su tradición.

Ciencia que preserva la tradición

El laboratorio de la ILC es un ejemplo de cómo la tecnología y el conocimiento se integran para mantener la esencia de productos que son patrimonio del país. Cada análisis, cada evaluación sensorial y cada innovación son parte de un proceso que convierte a la calidad en el sello más fuerte de la empresa.

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