Manizales, una ciudad en constante alerta debido a su topografía montañosa, ha logrado avances significativos en la gestión del riesgo a través de su programa innovador, «Guardianas de las Laderas». Este proyecto ha sido no solo un ejemplo de prevención de desastres naturales como deslizamientos e inundaciones, sino también una respuesta concreta a la problemática del empleo femenino. Al ofrecer empleo a 80 mujeres cabeza de familia, muchas de ellas en situaciones de vulnerabilidad, el programa se ha consolidado como un modelo exitoso de intervención social y gestión del riesgo a nivel nacional e internacional.
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Guardianas de las Laderas: Mujeres al frente de la estabilidad de Manizales
En una ciudad donde los deslizamientos y la inestabilidad del terreno son una constante amenaza, las Guardianas de las Laderas han demostrado ser una pieza clave en el mantenimiento y monitoreo de las obras de estabilidad. Estas mujeres, que desafían las inclemencias del tiempo y las condiciones difíciles del terreno, no solo velan por la seguridad de sus comunidades, sino que también han encontrado en este trabajo una oportunidad para mejorar sus condiciones de vida.
La gestión del riesgo en Manizales ha sido fortalecida gracias al aumento de personal dentro de este programa, permitiendo ahora la cobertura tanto en áreas urbanas como rurales. Esto no solo contribuye a la seguridad, sino que también genera empleo para mujeres en situación de vulnerabilidad, sin importar su edad o experiencia previa.
Un programa con reconocimiento nacional e internacional
El Programa Guardianas de las Laderas es reconocido por su enfoque innovador en la prevención de desastres, tanto a nivel nacional como internacional. La iniciativa cuenta con el respaldo de la Unidad de Gestión del Riesgo de Manizales y ha sido implementada en convenio con la Empresa Metropolitana de Aseo (Emas). Este reconocimiento no solo radica en su impacto sobre la estabilidad del terreno, sino también en su capacidad para generar conciencia en las comunidades acerca de la importancia de una correcta disposición de residuos.
La falta de concienciación de los residentes en algunas zonas vulnerables de la ciudad, especialmente en asentamientos informales, ha generado problemas adicionales. Los escombros y basuras arrojados a las laderas obstruyen los drenajes naturales, provocando inundaciones en temporadas de lluvia. Las Guardianas de las Laderas han asumido el reto de mantener estos espacios limpios, y su trabajo es crucial para evitar desastres en momentos críticos.
Formación y empoderamiento de las Guardianas
Las mujeres que forman parte del programa no solo realizan trabajos físicos de gran envergadura, sino que también reciben capacitación en diversas áreas. Desde formación técnica hasta educación ambiental, las Guardianas de las Laderas están preparadas para convertirse en agentes de cambio dentro de sus comunidades. Su trabajo va más allá del mantenimiento de las obras de estabilidad; se han convertido en multiplicadoras de información y sensibilización, enseñando a sus vecinos la importancia de mantener las laderas libres de residuos.
Estas capacitaciones, impulsadas por la Alcaldía de Manizales y la Unidad de Gestión del Riesgo, han permitido que las Guardianas se conviertan en verdaderas expertas en el terreno. Gracias a su esfuerzo, se han actualizado constantemente las obras de estabilidad y el inventario de las mismas, lo que garantiza que las nuevas construcciones también reciban el mantenimiento necesario para perdurar en el tiempo.
Deslizamientos e inundaciones: Un peligro latente en Manizales
Manizales es una ciudad que, debido a su geografía, está expuesta constantemente a fenómenos naturales como los deslizamientos. Las fuertes lluvias, combinadas con terrenos inclinados y a veces inestables, hacen que el riesgo de deslizamientos sea alto. Esto ha llevado a que la gestión del riesgo sea una prioridad en la agenda de las autoridades locales.
Las Guardianas de las Laderas, en su trabajo diario, mitigan estos riesgos al garantizar que los sistemas de drenaje estén limpios y que las obras de estabilidad se mantengan en condiciones óptimas. Esto es esencial, ya que la acumulación de escombros o el deterioro de las obras pueden llevar a deslizamientos e inundaciones que pongan en peligro la vida de los habitantes de la ciudad.
Impacto del programa en la vida de las mujeres
El programa «Guardianas de las Laderas» no solo ha tenido un impacto positivo en la seguridad de la ciudad, sino también en la vida de las mujeres que participan en él. Muchas de ellas, al ser cabezas de familia, enfrentan dificultades para encontrar empleo en otros sectores. Este programa les ofrece una fuente de ingresos estable, además de empoderarlas a través de la capacitación y el reconocimiento por su arduo trabajo.
La valentía y dedicación de estas mujeres no pasan desapercibidas. La Administración Municipal ha destacado en repetidas ocasiones su labor, reconociendo que el trabajo que realizan no es fácil. Estas mujeres recorren las laderas de la ciudad, en muchos casos en condiciones climáticas adversas, y su trabajo es esencial para la prevención de desastres que podrían tener consecuencias devastadoras para las comunidades.
El futuro de la gestión del riesgo en Manizales
Con la ampliación del programa y su continuo fortalecimiento, el futuro de la gestión del riesgo en Manizales se ve prometedor. La inclusión de nuevas áreas rurales en el programa de Guardianas de las Laderas asegura que más comunidades vulnerables reciban la atención necesaria para prevenir deslizamientos e inundaciones. Además, la capacitación continua de las Guardianas les permite adaptarse a las nuevas tecnologías y métodos de prevención que surgen constantemente en este campo.
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