Supía, un municipio caracterizado por su producción cafetera, ha sido beneficiado con un significativo proyecto de infraestructura vial. Con una inversión de 100 millones de pesos, la Gobernación de Caldas, en colaboración con el Comité de Cafeteros, ha iniciado la construcción de placas huellas en áreas estratégicas del municipio, un esfuerzo que busca mejorar las condiciones de las vías rurales y facilitar el acceso para las comunidades locales.
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La importancia de esta intervención radica en la conexión que estas vías proporcionan a los caficultores y a las comunidades campesinas, quienes dependen de carreteras en buen estado para transportar sus productos y acceder a servicios básicos. En esta región, donde la topografía montañosa es un desafío constante, la instalación de placas huellas resulta ser una solución eficiente y necesaria para garantizar la seguridad y movilidad.
La construcción de placas huellas en Supía: una solución a los puntos críticos
Uno de los aspectos más destacados de este proyecto es la atención a zonas particularmente problemáticas en las vías rurales de Supía, específicamente en las rutas La Quinta-La Torre y Bajo Obispo-Alto Obispo. En estas áreas, los problemas de accesibilidad se ven agravados por la inclemencia del clima y la constante erosión del terreno, lo que hace que la movilidad sea compleja, especialmente durante las temporadas de lluvias.
El secretario de Infraestructura de Caldas, Jorge Ricardo Gutiérrez Cardona, subrayó la relevancia de estas obras. “Estamos trabajando en los sectores más críticos, asegurándonos de que estas mejoras beneficien de manera directa a la comunidad,” mencionó. El enfoque en la colocación de 100 metros de placas huellas en los tramos mencionados es un primer paso hacia la mitigación de los problemas viales que afectan a los habitantes de Supía.
Impacto positivo en la comunidad rural
Las mejoras viales en áreas rurales no solo favorecen la productividad de los caficultores, sino que también tienen un impacto directo en la calidad de vida de los residentes. Las vías rurales son, en muchos casos, la única conexión que los pobladores tienen con centros urbanos y servicios esenciales como escuelas y centros de salud.
Uno de los principales beneficiarios de este proyecto, María del Carmen Arango, secretaria de la Junta de Acción Comunal de la vereda Bajo Obispo, destacó el valor de estas obras para la comunidad. Según Arango, “estas placas huellas son de gran ayuda, especialmente para reducir los accidentes en zonas críticas por donde transitan muchos niños hacia la escuela.” Este tipo de testimonio refuerza la importancia de continuar con inversiones en infraestructura que garanticen la seguridad y bienestar de las comunidades rurales.
El trabajo comunitario como modelo de ejecución en Supía
Uno de los elementos distintivos de este proyecto es la modalidad de ejecución mediante trabajo comunitario. Este modelo no solo reduce costos, sino que también fortalece el sentido de pertenencia de la comunidad hacia las obras. Bajo este esquema, la Gobernación de Caldas y el Comité de Cafeteros suministran los materiales necesarios y un director de obra, mientras que la comunidad se encarga de proporcionar la mano de obra no especializada.
Este tipo de colaboración activa entre el gobierno y las comunidades ha demostrado ser una estrategia eficaz para garantizar la sostenibilidad y el éxito de las intervenciones en zonas rurales. Al integrar a los residentes en el proceso de construcción, se fomenta un mayor cuidado y mantenimiento de las obras una vez finalizadas.
La necesidad de más inversiones en infraestructura
Aunque la construcción de placas huellas es un avance significativo, aún existen desafíos pendientes en materia de infraestructura vial en Supía. Durante la visita a las zonas beneficiadas por el proyecto, la diputada Karen Suárez resaltó la importancia de abordar otras necesidades críticas, como la reconstrucción de dos puentes que permanecen derribados, uno en La Quinta y otro en Murillo.
La rehabilitación de estos puentes es vital para completar la red vial rural del municipio y garantizar la conectividad total de las comunidades. Las inversiones en infraestructura, como las placas huellas y los puentes, son esenciales no solo para mejorar la calidad de vida de los residentes rurales, sino también para fortalecer el desarrollo económico de la región cafetera.
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