La deserción escolar y la falta de acceso a la educación en zonas apartadas se presentan por diferentes situaciones. “Estos factores pueden ser individuales, económicos, culturales y sociales, como la falta de inversión pública en el sistema escolar y los medios para acceder a la educación, especialmente a un transporte digno y confiable; que se combina con factores familiares, el poco acceso a recursos escolares o el hecho de pertenecer a un estrato socioeconómico bajo son de los más comunes”, comenta el profesor Dr. Gordon Wilmsmeier, director de la Silla Kühne de Logística, de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes, y director del Hapag-Llloyd Center for Shipping and Global Logistics de la Kühne Logistics University, Alemania.
Cifras del DANE lo respaldan. Para 2021 el total de estudiantes matriculados en las zonas urbanas fue de más de 7,4 millones, mientras que para las zonas rurales fue de menos de 2,4 millones. Una diferencia de más del 24%1. Por la geografía de muchas zonas apartadas del país -la Amazonía, la Costa Pacífica, el río Magdalena bajo y La Ciénaga-, los niños viajan al colegio en botes. Este es el caso de Bahía Málaga, Valle del Cauca, donde la deserción escolar muchas veces se debe al difícil acceso de los estudiantes al transporte escolar dado a la escasez y el alto costo que la gasolina (17000 COP/galón) tiene en esta región. Esto se vuelve un factor determinante que lleva a trabajar en iniciativas que resuelvan cómo trasladar a los estudiantes a los centros de formación.
Una de estas iniciativas es la adelantada por la Silla Kühne de Logística de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes, en alianza con la Fundación GivePower, a través del proyecto “Revolución en servicios de transporte escolar a través de electromovilidad náutica”, el cual busca fomentar la implementación de nuevas tecnologías sostenibles que permitan resolver el acceso limitado al transporte escolar en la zona de Bahía Málaga, disminuyan la contaminación, y eviten afecciones respiratorias y auditivas de los niños.
“Todo el corredor pacífico no cuenta con vías y depende casi al 100 % de la movilidad náutica. El trabajo previo que tuvimos con la población nos permitió ver que la gobernanza y el compromiso de la comunidad era sólido para llevar a cabo un proyecto de este nivel. Bahía Málaga es el plan piloto para, posteriormente, replicarlo en otras zonas del país”, comenta Diana L. Trujillo, líder de la iniciativa de electromovilidad náutica en Colombia de la Silla Kühne de Logística, de la Facultad de Administración del a Universidad de los Andes.
Esta propuesta, la primera de este tipo en Colombia, implementó un bote escolar con capacidad para 21 estudiantes de 3 veredas de la Bahía. El bote se entregó a la comunidad este 7 de febrero.
“Ver el empoderamiento de la comunidad nos motivó a realizar este proyecto en Bahía Málaga. Fueron responsables de construir las bases de la estación de carga y serán los encargados de toda la logística que esto implica. Desde designar el capitán con las habilidades para pilotar el bote, hasta buscar la persona que realice el mantenimiento continuo de la estación de carga. Buscábamos facilitarles una solución, que incluyera una contraparte de la comunidad para asegurar la continuación del proyecto luego de los dos años en los que finalice nuestro acompañamiento”, aseguró Trujillo.
“Nosotros como Universidad, a través de la innovación y con la meta de un futuro sin dependencia en combustibles fósiles, queremos impulsar el desarrollo, la equidad y el bienestar en el país. Este proyecto es un paso de muchos necesarios para que se garantice la educación no solamente a nivel superior, sino que toda la población, en especial la de difícil acceso, pueda completar sus estudios básicos y medios para que logren desarrollarse de manera profesional”, enfatiza el profesor Dr. Wilmsmeier.
A pesar de que la movilidad de los estudiantes para acceder a la educación debería ser garantizada, no se ve reflejada en la mayoría de las regiones rurales del país, lo cual desencadena en cancelaciones de las jornadas escolares y la alta deserción de muchos estudiantes en dichos institutos educativos.
Durante el evento de entrega del bote escolar a la comunidad, Jonathan Bernal, vicepresidente de estructuración en Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), señaló que “Colombia tiene más red fluvial navegable que red vial primaria y este es un gran piloto que se puede replicar en los otros 18 mil kilómetros de vías fluviales del país. La electromovilidad es el futuro y no solo puede ser usada en el transporte escolar, como lo está haciendo realidad la Universidad de los Andes en Bahía Málaga, también se puede llevar al turismo o al avistamiento de aves, por ejemplo”.
Con base en resultados certeros y demostrando su funcionamiento y aporte a la población, se espera que más entidades privadas y públicas se unan para escalar esta Desde la experiencia de GivePower, aliado de este proyecto, “conocer a la comunidad, ver las carencias que tiene y poder aportar de alguna manera a que esa necesidad sea suplida, es una sensación que llena el corazón y es la razón por la que nosotros hacemos este tipo de proyectos”, afirmó,
Juan Sebastián González Perea, Deployment Manager de GivePower. Para Santiago Valencia, líder del Consejo Comunitario de Bahía Málaga, “Uno de los grandes desafíos que tenemos a partir de la innovación es como podemos bajar la dependencia al consumo del diésel y de la gasolina. Hoy logramos sacar este primer proyecto de innovación uniendo dos saberes, el comunitario y el tecnológico”.